martes, 19 de abril de 2016

El título es tuyo.

Por favor bésame, te lo imploro; cada que veo tus labios, me lo imagino y ya no lo soporto; te quiero arrancar un suspiro con un beso.
Me encantan los besos largos, de eso que se dan con pasión y que me provocan querer destrozar el cuerpo de una mujer con caricia. Los besos cortos, pero con alegría, esos besos que sólo se dan a la persona que te hace sentir como un niño inocente otra vez, un niño pequeño que recibe un juguete nuevo.
Si me preguntaran qué me imagino que es besarte, diría, un acontecimiento literario, choque de planetas, revolución mexicana, una pelea entre el rey de la selva y un simple hombre. Si me preguntaran cómo se siente, diría que yo sueño que es como morder un algodón de azúcar, que tu saliva sería como los dulces que reaccionan de manera divertida en la lengua, aquellos que saltan y crean mini explosiones; olvidé su nombre. Y aunque no me lo preguntaran, yo igual expreso todo esto y no me asusta decir que sueño con besarte. Me encanta encontrar significados escondidos en lo que es un beso, en especial, uno que venga de tus labios; es como tener un mapa del tesoro y el oro, los diamantes y las joyas, son ese suave rebote entre los labios de dos personas; esto lo comparo como saltar en trampolines y realizar miles de acrobacias.
Quiero sentir tus labios con mis dedos, dejar mi huella para que después la proceses mordiendo tu labio inferior, como cuando posaste tu dedo índice en tus labios, te encogiste del pecho y bajaste la mirada, porque te mencioné que me encantan los labios grandes, gruesos, con carne; por casualidad, tú los tienes.
Acabo de escribir la palabra "labios" seis o siete veces. Me fascina admirar tus labios, escribir sobre tus labios, soñar con tus labios pero lo que más deseo es probarlos.
Escribirte en un texto, escribirte como un verso, convertirte en canción, en pintura, en obra de arte; podría hacer una escultura tuya, muchos más textos que traten de ti, una biblioteca y dos museos en donde tú seas la representación del arte en cualquiera de sus expresiones.
Jamás tendré suficiente de soñarte.

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