viernes, 15 de abril de 2016

Caja de cartón.

Presidente, diputado, doctor, maestro, policía, migrante, padre de familia, hijo, amigo, estudiante.

Algunos vivimos para otros, otros, para nosotros mismos pero hay veces en las que no es suficiente vivir en el país que nos vio nacer, el país que tanto amamos, la patria por la que daríamos la vida. Las oportunidades no siempre son justas, no siempre hay para todos, no por escasez, por mala organización; todos estamos aquí para algo y podemos vivir haciendo lo que deseemos.
Se toman medidas drásticas si se vé la necesidad: pasar de america del sur a nuestro país (irónicamente, nos quejamos de Donald Trump pero tratamos igual o peor a los migrantes sudamericanos), también saltar a un tren en movimiento, pagar cantidades de dinero exageradas para que te hagan el favor de cruzar la frontera (está bien, es un servicio, pero no chinguen), atavezar ríos, dejar atrás a las personas que te han acompañado y verlos morir.

Jamás dejaría atrás a mi madre o alguno de mis hermanos y verlos morir, son seres humanos ¿no? Entonces ¿por qué lo hacemos consciente o inconscientemente cuando se trata de migración?
Por un lado, nosotros, los mexicanos, tiramos sínicamente a la basura, los derechos humanos de los migrantes que necesitan pasar primero por nuestro país para cumplir la esquizofrenia americana (no el sueño americano). Las autoridades que tienen la obligación de otorgar ayuda o al menos enterar a estas personas de que existe esta obligación, rara vez lo hacen, si lo hacen, todo lo complican y lo hacen sonar como un trámite de divircio si te casaste por bienes mancomunados. Existe la corrupción en ellos, las autoridades; piden dinero para dejarlos pasar, pero al poco de caminar por nuestro país, se encuentran con otro individuo igual, que les pide más dinero.

A los migrantes que capturan para después deportarlos, son aprehendidos poco tiempo para después regresarlos a sus países, a veces. Otras, son llevados a aislamiento, por meses, sin ninguna puta razón, lógica al menos. O si te ven muy mexicano *puff*.

¿Por qué se tapan los ojos cuando regresan a alguien que ya se quemó los pies al pasar por el infierno que involucra el desierto, los americanos, el racismo y trabajar para ellos para ser considerado "americano"? ¿Demasiado morenos? ¿No tan altos? ¿Hablamos tan raro el inglés? No pueden ser los tacos.

Todos sufrimos durante nuestra vida, pero si abandonar tu patria, en todo el sentido imaginable y estipulado, que te quiten a tu hija por ser una inmigrante, que te despojen de tus derechos humanos, todo para vivir el sueño americano, yo soy el que prefiere morir encerrado, sin respirar, en aislamiento, morir de tristeza y nostalgia, en lugar aquellas personas que de verdad sufren.

No hay comentarios:

Publicar un comentario