lunes, 26 de octubre de 2015

Todos: "Por mi culpa, por mi culpa…

Ese día yo pedí por la ignorancia, que la ignorancia misma resultara absurda y patética ante sus ojos y oídos para que así, la ignorancia se suprimiera a sí misma. Los veía a todos cantar, sus manos entrelazadas, sus rostros apáticos y llenos de aburrimiento reproduciendo monotonía en su voz, pensar que una bebida y un alimento empezaron como sangre y cuerpo humano y dejar que alguien "iluminado" introduzca aquella materia divina en su cuerpo y todavía suplicar usando una elegante y desgastada palabra: Amen. 

Odio ver a las personas vivas pobres, dar lo poco que tienen y ofrecerlo (ya saben a quien) a cambio de paz  eterna en el cielo, salud de por vida, felicidad, éxito laboral, amor y fortuna. Lo que hacen los vivos pobres después de repetir los cantos y oraciones más de cuatrocientas veces es: nada, viven sus días como todos los pasados con sus mismas esperanzas, mismas decisiones y mismas personas, no tratan de cambiar su camino por su propia mano, lo dejan todo en manos de la invisible creencia y entregan parte de su vida a un viejo que cree en la misma deidad que ellos pero la única diferencia entre este individuo y los vivos pobres es que el viejo creyente vive su vida tranquilo, en su dorado y bendecido palacio. Existen otro grupo de personas, ellos se acercan muy poco al estilo de vida de los viejos creyentes pero son mejores a los vivos pobres; todos son mejores comparados con los vivos pobres. Estas personas creen creer, participan en actividades religiosas, repiten su memoria cuando el sacerdote se los pide, ingieren vacío, fingen sonrisas y autentica perfección (para ellos la perfección es posible) para que gente diferentemente similar a ellos reaccionen a su felicidad con rumores beneficiosos y al final de todo, marcan se creencia para regresar a sus hogares cubiertos por los anuncios publicitarios de la familia ideal, pero si en alguna ocasión se les pregunta sobre qué es en lo que creen, contestan con basura que no tiene sentido, se les pregunta sobre sus buenas acciones hacia la sociedad mediante la palabra de su dios pero ellos dicen que es suficiente su cumplimiento con repetir y pagar el aire acondicionado de su religioso segundo hogar.


...por mi gran culpa”

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