lunes, 18 de julio de 2016

La chica de la falda color rojo vino.

52 días han pasado desde la última vez que he escrito...me sorprendo de mí. En el pasado he escrito sobre mi padre, para mi abuela, por mis amigos y a causa de amor; qué raro. Ahora encontré un motivo lo suficientemente fuerte para volver a escribir; tal vez no lo vuelva a hacer después de esto, o tarde la misma cantidad de tiempo, y no entiendo por qué estoy escribiendo esta noche, como en las pasadas.

Observé a una mujer, que claro, es muy bella. Obtuvo mi atención con ser ella misma, con silencio y misterio. Si la describiera a ella, con los recursos que mi pensamiento logró procesar, al punto de estimular mis cuerdas vocales, de crear ademanes y movimientos que son particulares a mi propia forma de expresión, de tener que bajar el tono de voz por precaución, de ser cauteloso para mantener el deleite y que la admiración continuara, al punto de mantenerme cohibido y tímido, si escogiera describirla, a esta persona, lo haría con las mismas palabras y con la misma pasión con la que hablo de todas las mujeres. ¡¡Yo no quiero eso!! Estoy cansado de siempre describir a una mujer como: hermosa, bellísima, preciosa o encantadora. Estoy cansado de usar las mismas palabras para un cuerpo femenino cuando éste vale dejar todo lo que te mantiene vivo para estar junto al mismo. ¿Que quiero describir los pechos, la seductora manera de bailar, curvas, nalgas, alguna imperfección que tiene desde el nacimiento? Sensual, cautivadores, merecedores de textos, la perfección en una creación o cualquier otra cosa que haga mi mente divagar y hacerme sentir un gran poeta que ama a la mujer; ojos claros, un cabello castaño, ondulado, tal vez lacio, labios delgados, gruesos, nariz pequeña y tierna, siempre igual aunque haya diferencias; siempre es hermoso y siempre me encanta. Lo que yo quiero es poder no entender cómo quiero expresarme de una mujer, enserio no encontrar palabra, gesto facial, que pueda expresar exactamente lo que me provocó ella porque enserio no puedo comprender absolutamente nada.

Supongo que otras culturas, civilizaciones, dinastías, religiones antiguas, tenían conceptos específicos para sus deidades, para poder indentificarlas como poderes divinos. Quiero esos conceptos, cosas que sean nuevas para mí y desconocidas para el mundo entero, fuera de nuestro humano comprendimiento.

No quiero limitarme y no limitaré esto tan desconocido que no se encuentra en ningún diccionario o museo o documento, que siento gracias a ella; tengo que descubrir qué es este tan misterioso pensamiento. Es como una ecuación sin solución pero ésta sí la tiene, sólo hace falta pensar mucho más, exageradamente, todo el tiempo, sin un límite y eso es lo maravilloso, aún no se encuentra la manera de poder admirar la belleza de manera diferente a como se ha hecho desde siempre. Podemos hacerlo ahora mismo y hacer trabajar a nuestros cerebros a un mayor porcentaje, podemos tener mente diferente a la de miles de años atrás.

En fin, llevaba puesta una falda color rojo vino.

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